10 ene 2009

DROGAS Y TRIFULCAS

Nuestras salidas a Ceuta eran casi diarias, no podíamos ir de paisano y constantemente teníamos que ir saludando a los diferentes mandos militares, incluidos los cabos de la Legión. Había problemas con la Policía Militar por ésta y otras causas. Generalmente los mandos de la P.M. eran “caballas” (ceutís), y como los mas “folloneros” eran los legionarios, cuando veían a uno un pelo desmadrado lo intentaban arrestar, pero al grito de “a mi la legión” todos los legionarios que se encontraran cerca iban a protegerlo, porque el legionario que volvía a la Bandera conducido por la P.M. era arrestado automáticamente.
También tuvimos problemas con los “moros” de los barrios adyacentes. Un legionario borracho tuvo una pelea en un chiringuito muriendo apuñalado. Sus compañeros después de tocar silencio salieron de la bandera por la noche y arrasaron el local. Estos constantes problemas y peleas llegaron a provocar que para salir de paseo a Ceuta, lo tuviéramos que hacer en grupos y enseñando al oficial o suboficial de guardia un arma blanca, para nuestra defensa personal.
A veces algunos legionarios hacían batidas por algunos barrios moros para comprar “costo” y una vez controlado el vendedor, le robaban la mercancía. Pero generalmente y aun con desconfianza las relaciones eran buenas. Algunos compañeros de la escuadra de gastadores se iban los domingos a casas de moros que vivían en casas en el campo y les encargaban un cordero asado. Al hacerlo untaban el asado con kiffi, que les provocaba unos “cuelgues” dignos de ver. Se les notaba enseguida lo colocados que iban, el habla, los ojos, muchos detalles les delataban, pero nadie se metía con ellos. Generalmente la mayoría de los grifotas eran voluntarios de tres años o reenganchados pero también había algunos de la quinta. Al no haberlo vivido anteriormente me chocó mucho el detalle de que aun siendo un producto caro, para el dinero que disponía cada uno, era una cosa que se compartía sin tener en cuenta quien ponía el dinero. Supongo que en este mundillo existe el dicho de “hoy por ti, mañana por mí”.
También era muy importante la cantidad de “bolingas” que había en la compañía y en toda la bandera, algunos bebían como cosacos. Lo normal era ir a la taberna y pedir un cubata de whisky, bebías un poco de cola de la lata y el resto lo llenaban de Jhony Walker, algunos bebían un dedo, pero otros se bebían toda la cola y les llenaban la lata hasta arriba de wisky, mas de ¼ de litro. Cuando llegué al tercio no era capaz de beberme un cubata entero, pero cuando salí, ya era capaz de tomarme tres. Esto para la mayoría eran los entrantes, yo creo que si incineraran a alguno en su funeral, arderían durante días.

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